El sábado pasado fue la noche de San Juan, noche pagana por excelencia. Y como a falta de pan buenas son tortas, como no había otro plan mejor bajé a verla a La Pola. Aquí dejo una foto hecha con el móvil cuando estaba empezando a arder la madera:
La hoguera de este año parecía mejor organizada que otras anteriores. El suelo debidamente protegido con arena, la hoguera vallada antes de empezar a arder, un policía local y un par de bomberos controlando que todo saliese bien. Pero, como no, también tuvo varios problemas. El principal para mí fue que se pasaron amontonando leña para el sitio que había y encima la leña estaba muy seca, así que desprendió un calor tremendo durante la escasa media hora que duró el fuego en condiciones. Eso provocó que uno de los bomberos tuviese que empezar a regar las farolas más cercanas a la hoguera, y de todas formas a las dos más cercanas se les derritió el cristal por la parte de la hoguera.
Puede parecer que tengo algo contra la hoguera de La Pola, pero no es así. En realidad no me gusta ninguna hoguera masificada. Para mí San Juan es una fiesta que me gusta mucho, pero me gusta más disfrutarla como antes, con gente del barrio. En Ribadeo, que tiene menos habitantes que La Pola, hace unos años se hacían más de 10 hogueras distintas el día de San Juan, y ahora seguirá más o menos igual supongo. Cada barrio hacía una hoguera (mucho más pequeña que la del sábado evidentemente) y en algunos incluso se aprovechaba para hacer unas sardinas a la parrilla y comer una sardinada, acabando con la famosa queimada. A mí me tocaron pocas hogueras allí, pero tengo un buen recuerdo de ellas, igual que de las dos que organizó Gandaya en colaboración con otras asociaciones en Lieres (y que fue la hoguera alternativa de Lieres cuando las cosas estaban complicadas entre los vecinos). Quemábamos al Hereje, hacíamos la Queimada (el último año con conxuro incluido), quemábamos algo bueno y algo malo, saltábamos la hoguera, e incluso un año nos atrevimos a intentar bailar la danza prima alrededor de la hoguera (aunque no conseguimos ni caminar todos hacia el mismo lado). Otros se iban a robar carros o portillas para seguir la tradición. Así espantábamos los malos espíritus y las meigas de la noche de San Juan.
El caso es que los 20 o 30 que nos juntábamos lo pasábamos de lo mejor. Pero todo lo bueno se acaba, y eso de momento también. Aunque no pierdo la esperanza de encontrar otro sitio en el que las hogueras se hagan así, disfrutando de la fiesta pagana.
La noche siguiente, la noche del día de San Juan, en La Pola hay una tradición en la que los solteros plantan un álamo en la plaza del pueblo (Les Campes), pero al parecer este año no hubo ceremonia. Puede que después del susto del año pasado los solteros no quisieran mojarse.
La hoguera de este año parecía mejor organizada que otras anteriores. El suelo debidamente protegido con arena, la hoguera vallada antes de empezar a arder, un policía local y un par de bomberos controlando que todo saliese bien. Pero, como no, también tuvo varios problemas. El principal para mí fue que se pasaron amontonando leña para el sitio que había y encima la leña estaba muy seca, así que desprendió un calor tremendo durante la escasa media hora que duró el fuego en condiciones. Eso provocó que uno de los bomberos tuviese que empezar a regar las farolas más cercanas a la hoguera, y de todas formas a las dos más cercanas se les derritió el cristal por la parte de la hoguera.
Puede parecer que tengo algo contra la hoguera de La Pola, pero no es así. En realidad no me gusta ninguna hoguera masificada. Para mí San Juan es una fiesta que me gusta mucho, pero me gusta más disfrutarla como antes, con gente del barrio. En Ribadeo, que tiene menos habitantes que La Pola, hace unos años se hacían más de 10 hogueras distintas el día de San Juan, y ahora seguirá más o menos igual supongo. Cada barrio hacía una hoguera (mucho más pequeña que la del sábado evidentemente) y en algunos incluso se aprovechaba para hacer unas sardinas a la parrilla y comer una sardinada, acabando con la famosa queimada. A mí me tocaron pocas hogueras allí, pero tengo un buen recuerdo de ellas, igual que de las dos que organizó Gandaya en colaboración con otras asociaciones en Lieres (y que fue la hoguera alternativa de Lieres cuando las cosas estaban complicadas entre los vecinos). Quemábamos al Hereje, hacíamos la Queimada (el último año con conxuro incluido), quemábamos algo bueno y algo malo, saltábamos la hoguera, e incluso un año nos atrevimos a intentar bailar la danza prima alrededor de la hoguera (aunque no conseguimos ni caminar todos hacia el mismo lado). Otros se iban a robar carros o portillas para seguir la tradición. Así espantábamos los malos espíritus y las meigas de la noche de San Juan.
El caso es que los 20 o 30 que nos juntábamos lo pasábamos de lo mejor. Pero todo lo bueno se acaba, y eso de momento también. Aunque no pierdo la esperanza de encontrar otro sitio en el que las hogueras se hagan así, disfrutando de la fiesta pagana.
La noche siguiente, la noche del día de San Juan, en La Pola hay una tradición en la que los solteros plantan un álamo en la plaza del pueblo (Les Campes), pero al parecer este año no hubo ceremonia. Puede que después del susto del año pasado los solteros no quisieran mojarse.