Vengo de la subida a Muncó ahora mismo. Y sí, vengo como un cangrejo. A las 10 de la mañana estaba todo nublado, con lo cual me cogí mi chubasquero y mi gorra, como siempre que voy a un rally, y nos fuimos a Muncó. Llevaba muchos años lloviendo, pero este precisamente hizo un sol de justicia durante toda la prueba, y evidentemente nadie tenía crema solar protectora. Y también evidentemente, vinimos todos rojos como cangrejos. Aunque lo prefiero antes que la lluvia.
En cuanto al terreno deportivo, este año la subida fue uno de los que más me gustó. Fuimos fieles al sitio de todos los años, y el sitio también nos fue fiel a nosotros. Cuatro accidentes delante de nuestras narices, un coche 00 al que quitarle el sombrero y mucha velocidad desde el primero hasta el último.
En el aspecto organizativo este año también fue todo bien, sin muchos contratiempos ni paradas largas, que son las que matan cuando esperas. El único gazapo fue que se les escapó una ambulancia cuando no hacía falta, pero dicen que vale más que sobre, así que nada.
Siempre me gustó ir a Muncó, pero creo que este año me gustó más aún.
27 de mayo de 2006
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