Aunque en su día no escribí nada, la racha de
mala suerte siguió hasta después de las vacaciones. Cuando volvimos de O Grove me encontré con
la moto en el garaje en un estado un poco lamentable. Tenía cables cortados, el acelerador roto y el bloqueo de dirección también roto. En realidad tuve suerte, porque todo indica que intentaron robármela y sin embargo, a pesar de estar sin candado y rodar perfectamente empujándola, no se la llevaron. Puede que la necesitasen para algo momentáneo y al romperse el acelerador la hayan dejado, o que haya llegado alguien en el momento oportuno...
Al día siguiente de llegar llamé a la grúa, la llevé al garaje de casa de mis padres y allí se quedó. Me fuí a comprar el cable de acelerador y le pedí a Dani unos conectores para empatar los cables bien, y al otro día más me puse manos a la obra. Las dos tareas eran cosas sencillas, aunque el cable del acelerador, por hacerlo rápido, lo dejé mal y
el otro día se volvió a romper. Los cables están mejor arreglados desde el principio, queda un poco feo el mazo de conectores porque engordan bastante el cable en ese punto, pero mejor que tener que cambiar la instalación completa o que empatarlos con cinta aislante, cualquier cosa.
Lo único que me quedaba por arreglar era el bloqueo de dirección. Mirando el despiece de la moto no encontré detalles de esta parte por ningún sitio, así que cogí uno de los tornillos rotos y me fui a la ferretería a que me diesen otro igual, pensando que no estaba roto si no desatornillado. Cuando me puse a atornillarlos, me encontré con que en realidad estaban los dos tornillos rotos y se habían quedado las dos tuercas dentro, lo cual tenía bastante mala pinta.
Después de enterarme de cómo se podían quitar, llegué a la conclusión de que necesitaría unos contramachos o extractores de tornillos.
Volví a la ferretería, los compré y ayer me fuí taladro en mano a quitar los tornillos rotos.
El proceso es el siguiente: primero hay que hacer un agujero con una broca en el centro del tornillo a sacar. Una vez que está el agujero hecho, se mete el contramacho en él y se empieza a enroscar. Como tiene la rosca invertida, en el momento en que agarra, en vez de seguir enroscandose, el tornillo empieza a girar y se desenrosca, saliendo así de su sitio.
Todo esto es teoría, porque por suerte en la práctica no me hizo falta (por suerte porque en el sitio en el que estaban los tornillos era dificil hasta llegar con la broca sin desmontar media moto). Cuando empujé el tornillo con la broca hacia arriba y empecé a taladrar, al poco tiempo noté que cuando quitaba la broca el tornillo bajaba un poco, por lo que parecía que estaba flojo. Así fue, con cuidado y paciencia fui girandolo con el alicate y finalmente salió sin falta de usar el contramacho. Con el otro pasó más o menos lo mismo, empecé a taladrarlo y fue como si se aflojase y salió con el alicate.
Una vez extraídos los espárragos viejos, pude comprobar que
algún duendecillo me había escondido la arandela grover y el tornillo viejo que había llevado de muestra a la ferretería, por lo que tuve que montar provisionalmente el bombín con un solo tornillo, hasta que vaya a buscar otro y las correspondientes arandelas. Pero por lo menos ya funciona el bloqueo, y aunque sigo poniendo el candado casi siempre, por lo menos cuando subo a casa a por algo la puedo dejar sólo con la dirección bloqueada, que antes, al no funcionar el bloqueo, aunque fuese para un minuto tenía que ponerle siempre el candado, porque podían llevarsela empujando.