Un buen refrán que no deberíamos olvidar nunca. Para mí el tiempo es un recurso limitado, como el dinero, y también como el dinero, a veces ya se sabe que cuando se intenta ahorrar escatimando lo único que se está haciendo es tener que gastar dos veces.
Todo esto viene porque ayer pude comprobar cómo por una tontería se puede ir una tarde entera de varias personas al garete. Me explico.
El mes pasado, cuando volví de vacaciones, me encontré la moto en un estado bastante lamentable. Habían intentado robármela, y entre otras cosas tenía el cable del acelerador roto (tal vez por eso no me la robaron al final, quien sabe). El caso es que para ahorrar tiempo, compré otro cable de acelerador y lo monté rápidamente, arreglé el resto de cosas de la moto (bueno, todas todavía no) y la dejé lista para rodar.
El otro día me cogió una tormenta rodando hacia casa. Además, los siguientes días llovió y la moto se mojó mientras yo estaba trabajando y demás. Después de las mojaduras, el acelerador se puso cada vez más duro y costaba trabajo moverlo. Ayer, como era de esperar, cuando más inoportuna podía ser la avería, se soltó el prisionero que sujeta el cable en el puño y me quedé compuesto y sin moto. Y con mi madre esperando para llevarla al quiropráctico.
Al final, después de dos intentos de arreglo fallidos (el cable estaba demasiado agarrado y cuando volvía a montarlo se soltaba otra vez) tuve que movilizar a Euge y Fany para que me acercasen a casa, dejar la moto donde estaba, llevar a mi madre al quiropráctico casi dos horas tarde, volverme loco para encontrar un cable nuevo cerca de las 9 de la noche, y movilizar a mi padre para que me llevase a donde estaba la moto otra vez a ponerselo.
Total, que por no perder 5 minutos en engrasar bien la funda del cable cuando cambié el cable la primera vez, perdí una tarde entera, tuve que molestar a varias personas, cambiar el cable y echar los 5 minutos de todas formas para engrasar bien el nuevo.
Así que cuando tenga que hacer alguna otra reparación, espero recordar bien este error y gastar el tiempo que sea necesario para dejar las cosas bien hechas y evitar sorpresas de este tipo. Y para quien lea esto: no escatiméis en tiempo, que las chapuzas se pagan.
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