19 de junio de 2007

Que duro decir que no

Ayer tuve que tomar mi primera decisión laboral. Todavía no empecé a trabajar y ya tengo que estar debatiéndome entre ofertas. Eso tiene la parte buena de saber que el trabajo no me falta (al menos de momento), pero por otro lado también se me ocurre que podían salir las oportunidades escalonadas y no juntarseme todas en las mismas fechas.

Resulta que hace tres semanas hice una entrevista para optar a un puesto que tenía bastante buena pinta, tanto de condiciones como de trabajo a desarrollar. Me dijeron que tardarían en contestarme, pero que me contestarían tanto para sí como para no. El caso es que la semana pasada me enteré de una oferta que tenía buena pinta también, y me puse en contacto con ellos. Hice la entrevista y saqué mis conclusiones: las condiciones no eran tan buenas como en el otro sitio, pero me contrataban seguro.

No sé si hice bien o no, sólo hice lo que mejor me pareció. Actualmente no busco desesperadamente un trabajo, si no que estoy tratando desesperadamente de acabar el proyecto para septiembre, y eso requiere sobre todo tiempo. Por tanto, como ahora mismo lo que más me interesa es que las condiciones sean buenas (sobre todo un buen horario, porque en mi situación no puedo optar a un buen sueldo de momento, aquí no llegamos ni a mileuristas) y en la primera oferta creo que tengo bastantes opciones para ser el elegido, opté por decirles que no me convenía a la última empresa y esperar la respuesta de la primera (que se alargará hasta finales de mes).

Al final la cosa no fue tan mal: sigo esperando una respuesta, pero en la otra empresa me dijeron que en cuanto acabase el proyecto contactase con ellos si quería. Así que algo ya gané. Aunque de todas formas, es duro decir que no a un trabajo aunque tengas razones para hacerlo.

No hay comentarios: