28 de febrero de 2007

Lectura: Eragon

Siguiendo con la tradición de publicar comentarios de mis lecturas, aunque tarde de nuevo, llega la siguiente muesca en mi revolver: Eragon.

Este libro, escrito por Cristopher Paolini, un joven autor al que la gente llamó desde un principio "el nuevo Tolkien", es el principio de la trilogía El legado, y su continuación, también en mi poder, es Eldest, al que pronto le tocará su turno. Como no, esta trilogía ya tiene un amplio número de seguidores por todo el mundo, y este año se estrenó la película que da vida al libro. En parte, eso fue una cosa que me empujó a leer el libro, porque quería leerlo antes de que me destripasen la historia de mala manera en dos horas (esto no quiere decir que la película esté mal, que no lo sé porque no la ví, pero leer la historia me resulta más divertido).

El libro está bastante bien, aunque para el género del que se trata quizá le falta un poco de acción. La historia está bastante bien contada desde el principio, con intriga, algo de acción y una base histórica bastante buena, algo imprescindible para un mundo fantástico. Se notan también bastante las reflexiones filosóficas y la toma de decisiones difíciles por parte de los personajes, aunque sin llegar a ser pesado. En esta parte es donde se puede notar la juventud del autor, y me parece que hay algunos flecos sueltos a la hora de definir la conciencia de los personajes y demas.

Pero en general el libro es interesante, lectura obligada y gustosa para los amantes del género, y a la vez un buen libro para iniciarse en la fantasía.

No sé exactamente por qué, pero no quise leer los dos libros de la trilogía seguidos. Tengo Eldest en la estantería esperando, desde antes que Eragon si mal no recuerdo, pero preferí cambiar de mundo y regresar a Idhún antes de seguir con El legado. A ver si entre unas cosas y otras se publica el final de la trilogía y así no quedo en ascuas.

23 de febrero de 2007

Nuevas fotos de las fieras

Por fin ya publiqué en mi cuenta de flickr algunas fotos de la nueva fiera, Bora, y de su padre adoptivo que pronto será marido, Foger.

Foger ya se podía ver en la web de su criadero Valdeghuesa bouviers, que curiosamente hizo un servidor. Lo malo es que desde que nunca la actualicé mucho, y ahora como no está muy claro el futuro del criadero mucho menos, así que hay pocas fotos.

Bora es un nuevo miembro de la familia que llegó a principios de diciembre de Burgos con seis semanas de vida. Ahora ya tiene casi 5 meses y está mucho mas grande que en estas fotos, y se le nota mucho lo que crece de una semana a otra, que suele ser lo máximo que paso sin verla. Es muy juguetona y tiene al pobre Foger amargado, porque él es un perro tranquilo y ella está todo el día colgandosele de las barbas y subiendosele encima. Por lo demás Bora tiene un caracter bastante equilibrado, aunque sea juguetona obedece bastante bien y aprende rápido lo que puede hacer y lo que no. Seguramente cuando se adulta sea una perra casi tan buena como el superdog.

22 de febrero de 2007

Ya me queda menos

Ayer presenté el trabajo de la última asignatura que me quedaba. Cada vez veo más cerca el final. Ahora sólo me queda el proyecto fin de carrera, pero dedicandome completamente a él no creo que nos lleve demasiado tiempo.

Ahora que ya no tengo clases y tengo las tardes más libres, espero también tener algo más de tiempo que últimamente para escribir aquí también, porque tengo algunas cosas que apuntar atrasadas que me fueron quedando por falta de tiempo o de ganas. Asi que los que me leais probablemente me tengais que aguantar más.



13 de febrero de 2007

Noticias desde el picadero

Como ya dije antes, este mes estoy haciendo un curso de equitación, así que voy a ir haciendo resúmenes de las clases para recordar más adelante, más que nada.

Este sábado también fue bastante productivo para mí, aunque no para montar en sí, si no para aprender un poco más también de los cuidados que tiene que recibir. Cuando llegué a donde están los caballos, la profesora estaba dando clase a un grupo de niños que aprenden a cuidar a los caballos. El sábado tocó vacunación, algo realmente interesante para mí porque no sabía dónde había que pinchar a un caballo, y para desparasitarlos y todo eso creo que hay que pincharlos.

Cuando acabaron de vacunar al paciente, los niños nos acompañaron a por los caballos, nos enseñaron como teníamos que llevarlos de ramal hasta el picadero, y una vez allí nos dijeron como teníamos que preparar la silla y cómo subirnos al caballo. La verdad es que es cómico ver a tres retacos de 10 años que te llegan por la cintura enseñarte a manejar un animal que es más grande que yo. Y a pesar de que no me gustan los niños, me gustó que me enseñasen.

En cuanto a la clase en sí, hicimos prácticamente lo mismo que el otro día, pero trotando durante más tiempo, y cuando más o menos dominamos el trote inglés, cambiamos al trote español, que es en el que no te tienes que levantar de la silla, si no simplemente intentar botar lo menos posible acompañando a la silla con la cadera. Y eso es más difícil que el inglés, o al menos eso me pareció. Será todo cuestión de práctica, supongo.

Después de la clase, algunos niños que quedaban por allí de la clase anterior nos enseñaron a bajarnos del caballo, limpiarles los cascos, meterlos en el box y quitarles los aparejos. Bueno, parte de esto ya nos lo habían dicho la semana pasada, pero nos lo repitieron ellos.

Esta semana cambiamos la clase del sábado al domingo, porque el sábado hay una competición por la mañana y vamos a dejar descansar a los caballos por la tarde. Nos dijo la profesora que si queríamos y el tiempo acompañaba nos sacaba a dar un paseo por el monte que hay en los alrededores del centro. También nos dijo que sería al paso todo el tiempo, pero bueno, qué se le va a hacer. A ver si no se me complican unos asuntillos que tengo pendientes y puedo ir.

Bueno, pues éste fue el resumen de mi segunda clase, si voy a la tercera (espero que sí) lo contaré la semana que viene.

8 de febrero de 2007

Lectura: Leyendas de la Dragonlance

Estoy casi acabando mi siguiente libro (lo acabaré hoy o a más tardar mañana) y todavía no escribí el comentario sobre el anterior, que ya acabé hace bastante más de un mes.

Leyendas anotadas de la Dragonlance
es un libro que unifica los tres volúmenes que forman esta serie. Cada volúmen se suele vender como un tomo, que agrupa a su vez dos o tres libros, dependiento del volúmen. A su vez, esta serie forma parte de una gran comunidad o saga Dragonlance que empezó con las Crónicas, de los mismos autores que las Leyendas, y siguió con otros muchos libros escritos por ellos y por otros autores, formando un mundo increíblemente detallado. Yo hasta ahora sólo tuve el placer de leer las Crónicas y las Leyendas, pero espero poder leer algo más sobre la Dragonlance en un futuro.

Este libro es considerablemente grande, tiene unas 1500 páginas entre los tres volúmenes, y me llevó cerca de 6 meses leerlo, calculando así por alto. Lo peor de estos libros tan grandes es que al final ya estás un poco cansado de lo mismo durante tanto tiempo, y provocan sensaciones encontradas. Por un lado te aburre ponerte a leerlo, por otro quieres saber como sigue y por otro te da pena acabar de descubrir la historia. Esta vez ganó la sensación de aburrimiento, y las últimas semanas bajé bastante el ritmo de lectura.

El relato en sí está bastante bien para alguien a quien le guste la fantasía, pero supongo que resultaría bastante difícil de leer si no leíste primero las Crónicas, porque hace referencia bastantes veces a ellas (sobre todo el pequeño Tasslehoff, un kender muy aventurero). Los personajes principales son varios de los compañeros de las Crónicas, y aunque salen casi todos el protagonismo en estos libros es para Raistlin (el mago) y Caramon (su gemelo), y también para Tasslehoff. El final es bastante peculiar, no es el esperado, y los apéndices explican un poco algunas cosas turbiasi que quedan por ahí una vez acabado el libro.

Resumiendo, es un libro que me gustó, que recomendaría para cuando tienes mucho tiempo libre para leerlo rápido y que no te aburra, indispensable para cualquier persona a la que le guste la fantasía.

La semana que viene probablemente comente el siguiente libro, que como dije antes ya lo estoy acabando. Seguimos en la misma línea que ahora, con otra pieza mítica (aunque más novedosa).

5 de febrero de 2007

Por fin ya tengo el carnet

Era hora. Hace un rato llegué de Oviedo de mi cuarto examen práctico de moto, y por fin lo aprobé (ya iba siendo hora porque me estaba empezando a desesperar). Con unas agujetas de mil demonios por culpa de la clase de equitación del sábado y algo nervioso, pero al final pasé la $% tabla que me traía loco.

El caso es que es un poco injusta esa prueba. Una tabla de 15cm de ancho x 4cm de alto x 6m de largo, la tienes que pasar sin caer. A simple vista parece fácil, pero con los nervios y eso no lo es tanto. Y el caso es que no tengo ni idea de lo que intentan simular ahí, porque nunca se nos va a dar un caso ni parecido siquiera, y aunque se diese siempre tienes la posibilidad de bajarte de la moto, pasar por un lado del raíl, apoyar un pie o los dos, o lo que se te ocurra.

Entre unas cosas y otras llevaba desde octubre con el tema de la moto por ahí pululando, y ya me estaba fastidiando tenerlo por ahí aún y encima estar palmando cada vez más dinero, que donde ya no es barato sacar el carnet, como para suspender. Pero bueno, el caso es que ya está pasado, y que el miércoles me llegará el permiso provisional e iré a dar un garbeo por ahí en vespa, que es lo único que tengo a mano con dos ruedas y motor.

4 de febrero de 2007

Equitacion

Hoy empecé en el asturcón un cursillo de equitación "subvencionado" en parte por la universidad, y estoy algo dolorido (que no dolido). Muchos años habian pasado ya desde la última vez que monté en un caballo de verdad, porque los de las rutas a caballo son sólo de verdad a medias, es decir, solo tienen una marcha.

Cuando llegó la hora del trote, primero mi caballo (kukulcan) se negaba a trotar. Aquí debo entonar el mea culpa, porque seguro que estaba haciendo algo mal, pues el caballo estaba dispuesto a trotar, solo que creo que no se lo estaba ordenando bien. El caso es que me pusieron otro caballo delante que era más fácil de arrancar a trotar, para que el mío lo siguiese cuando empezase. Cuando empezó a trotar me costó mantener el equilibrio, y fue cuando me di cuenta de que llevaba mucho sin montar. Estábamos tratando de hacer el movimiento del trote inglés, y yo al final lo conseguía, el único problema era que como mi caballo era el más grande, cuando empezaba a trotar enseguida cogía al de delante y tenía que volver al paso. Fué un poco caótico, pero para empezar estuvo bien.

La verdad es que esperaba menos de este curso, porque por el precio que tenía pensé que nos subirían al caballo, nos darían cuatro vueltas por el picadero y en 45 minutos fuera, pero no, estuvo bastante bien, con la monitora pendiente de nosotros continuamente, y además nos enseñaron a subirnos correctamente al caballo (algo lógico pero que no en todos los sitios hacen) y a meter el caballo en el box y quitarle los aparejos, es decir, la silla y la cabezada. Fueron detalles que me gustaron bastante, además de que el trato de las monitoras fue bastante bueno.