20 de agosto de 2009

Arreglando la Special

Aunque en su día no escribí nada, la racha de mala suerte siguió hasta después de las vacaciones. Cuando volvimos de O Grove me encontré con la moto en el garaje en un estado un poco lamentable. Tenía cables cortados, el acelerador roto y el bloqueo de dirección también roto. En realidad tuve suerte, porque todo indica que intentaron robármela y sin embargo, a pesar de estar sin candado y rodar perfectamente empujándola, no se la llevaron. Puede que la necesitasen para algo momentáneo y al romperse el acelerador la hayan dejado, o que haya llegado alguien en el momento oportuno...
Al día siguiente de llegar llamé a la grúa, la llevé al garaje de casa de mis padres y allí se quedó. Me fuí a comprar el cable de acelerador y le pedí a Dani unos conectores para empatar los cables bien, y al otro día más me puse manos a la obra. Las dos tareas eran cosas sencillas, aunque el cable del acelerador, por hacerlo rápido, lo dejé mal y el otro día se volvió a romper. Los cables están mejor arreglados desde el principio, queda un poco feo el mazo de conectores porque engordan bastante el cable en ese punto, pero mejor que tener que cambiar la instalación completa o que empatarlos con cinta aislante, cualquier cosa.
Lo único que me quedaba por arreglar era el bloqueo de dirección. Mirando el despiece de la moto no encontré detalles de esta parte por ningún sitio, así que cogí uno de los tornillos rotos y me fui a la ferretería a que me diesen otro igual, pensando que no estaba roto si no desatornillado. Cuando me puse a atornillarlos, me encontré con que en realidad estaban los dos tornillos rotos y se habían quedado las dos tuercas dentro, lo cual tenía bastante mala pinta.
Después de enterarme de cómo se podían quitar, llegué a la conclusión de que necesitaría unos contramachos o extractores de tornillos.
Volví a la ferretería, los compré y ayer me fuí taladro en mano a quitar los tornillos rotos.

El proceso es el siguiente: primero hay que hacer un agujero con una broca en el centro del tornillo a sacar. Una vez que está el agujero hecho, se mete el contramacho en él y se empieza a enroscar. Como tiene la rosca invertida, en el momento en que agarra, en vez de seguir enroscandose, el tornillo empieza a girar y se desenrosca, saliendo así de su sitio.
Todo esto es teoría, porque por suerte en la práctica no me hizo falta (por suerte porque en el sitio en el que estaban los tornillos era dificil hasta llegar con la broca sin desmontar media moto). Cuando empujé el tornillo con la broca hacia arriba y empecé a taladrar, al poco tiempo noté que cuando quitaba la broca el tornillo bajaba un poco, por lo que parecía que estaba flojo. Así fue, con cuidado y paciencia fui girandolo con el alicate y finalmente salió sin falta de usar el contramacho. Con el otro pasó más o menos lo mismo, empecé a taladrarlo y fue como si se aflojase y salió con el alicate.
Una vez extraídos los espárragos viejos, pude comprobar que algún duendecillo me había escondido la arandela grover y el tornillo viejo que había llevado de muestra a la ferretería, por lo que tuve que montar provisionalmente el bombín con un solo tornillo, hasta que vaya a buscar otro y las correspondientes arandelas. Pero por lo menos ya funciona el bloqueo, y aunque sigo poniendo el candado casi siempre, por lo menos cuando subo a casa a por algo la puedo dejar sólo con la dirección bloqueada, que antes, al no funcionar el bloqueo, aunque fuese para un minuto tenía que ponerle siempre el candado, porque podían llevarsela empujando.

12 de agosto de 2009

Vísteme despacio que tengo prisa

Un buen refrán que no deberíamos olvidar nunca. Para mí el tiempo es un recurso limitado, como el dinero, y también como el dinero, a veces ya se sabe que cuando se intenta ahorrar escatimando lo único que se está haciendo es tener que gastar dos veces.
Todo esto viene porque ayer pude comprobar cómo por una tontería se puede ir una tarde entera de varias personas al garete. Me explico.
El mes pasado, cuando volví de vacaciones, me encontré la moto en un estado bastante lamentable. Habían intentado robármela, y entre otras cosas tenía el cable del acelerador roto (tal vez por eso no me la robaron al final, quien sabe). El caso es que para ahorrar tiempo, compré otro cable de acelerador y lo monté rápidamente, arreglé el resto de cosas de la moto (bueno, todas todavía no) y la dejé lista para rodar.
El otro día me cogió una tormenta rodando hacia casa. Además, los siguientes días llovió y la moto se mojó mientras yo estaba trabajando y demás. Después de las mojaduras, el acelerador se puso cada vez más duro y costaba trabajo moverlo. Ayer, como era de esperar, cuando más inoportuna podía ser la avería, se soltó el prisionero que sujeta el cable en el puño y me quedé compuesto y sin moto. Y con mi madre esperando para llevarla al quiropráctico.
Al final, después de dos intentos de arreglo fallidos (el cable estaba demasiado agarrado y cuando volvía a montarlo se soltaba otra vez) tuve que movilizar a Euge y Fany para que me acercasen a casa, dejar la moto donde estaba, llevar a mi madre al quiropráctico casi dos horas tarde, volverme loco para encontrar un cable nuevo cerca de las 9 de la noche, y movilizar a mi padre para que me llevase a donde estaba la moto otra vez a ponerselo.
Total, que por no perder 5 minutos en engrasar bien la funda del cable cuando cambié el cable la primera vez, perdí una tarde entera, tuve que molestar a varias personas, cambiar el cable y echar los 5 minutos de todas formas para engrasar bien el nuevo.
Así que cuando tenga que hacer alguna otra reparación, espero recordar bien este error y gastar el tiempo que sea necesario para dejar las cosas bien hechas y evitar sorpresas de este tipo. Y para quien lea esto: no escatiméis en tiempo, que las chapuzas se pagan.

5 de agosto de 2009

Fiestas de La Salud de Lieres

Las fiestas de la Virgen de la Salud de Lieres son unas fiestas muy concurridas y muy famosas por la zona de Siero. A mí siempre me gustaron mucho, debe ser porque tengo amigos y conocidos en Lieres y siempre las aprovechábamos bien cuando estábamos estudiando.
Todos los años Inés, cuando me veía después del domingo de La Salud, me decía que se había acordado de mí porque habían ido muchos caballos a la fiesta al mediodía. Nunca me había coincidido bien ir a esa hora hasta este año, pero la verdad es que tenía razón. Así a ojo calculo que se juntarían a la hora del vermú unos 150 caballos en el prao de la fiesta. Y 150 caballos con sus respectivos jinetes hoy en día en Asturias es difícil juntarlos, la verdad.
Había de todo, desde caballos de trabajo típicos de las casas a caballos de pura raza engalanados y muy vistosos. Allí lo importante era ir a caballo. Vino mucha gente en 20 o 25 kms a la redonda, desde Infiesto por el oriente, desde Argüelles y San Miguel por el occidente y desde Laviana y Bimenes por el sur. A las 3 o así los más madrugadores volvieron a montar para hacer el camino de vuelta, que calculo que en algunos casos sería de hasta 4 o 5 horas tranquilamente. Pasadas las 7, cuando nos fuimos nosotros (en coche), quedaban unos 20-30 caballos amarrados y unos 15 o 20 participando en la carrera de cintas que hubo por la tarde.
Yo este año tampoco pude ir, igual que el año pasado, pero confío en que el año que viene pueda prepararlo y llevar a Pedricera o a Queen (o a las dos si puede venir Euge) y disfrutar de un día de ruta y de disfrute entre caballos y caballistas.