30 de mayo de 2007

Cuando un amigo se va

Al final no pudimos hacer nada. Hace unos días ya comentaba que Foger estaba enfermo, y finalmente la edad pudo más que él. El viernes nos dejó a todos con lágrimas en los ojos cuando nos dijeron que no lo volveríamos a ver.

Como ya comenté antes, todo empezó con una infección cutánea en la zona de los testículos. La infección ya estaba controlada, pero el problema vino por otro lado: al tener las defensas bajas, el antibiótico de caballo que estaba tomando para cortar la infección (Augmentine 875mg), unido a los más de 9 años que tenía, le provocaron (o le agravaron, no sabemos) graves problemas intestinales y renales.

El jueves por la mañana después de tomar el antibiótico lo vimos ir a peor, y por la tarde lo ingresamos en la clínica veterinaria sin saber muy bien a qué atenernos pero con esperanzas, al menos por mi parte. El viernes no mejoraba, y por la tarde fuimos a verlo y a hablar con el veterinario, que nos recomendó operarlo para poder saber lo que tenía, porque con radiografías y análisis no podía saberlo.

Ese fué el peor momento: la despedida. No era una despedida definitiva en principio, pero creo que tanto él como nosotros sospechabamos que lo sería. Estaba débil y fatigado, y parecía pedirnos ayuda con la mirada. Y nosotros tratamos de ayudarlo, pero al final no pudo ser. Cuando empezaron a operarlo nos llamaron y nos dijeron que tenía mala pinta pero que seguían adelante limpiándolo, aunque no garantizaban que sobreviviese a la operación. Una vez limpio, nos llamaron otra vez y dijeron que se veía mejor que al principio, que iban a tratar de reanimarlo y que si aguantaba el antibiótico no tendría problema en ponerse bien. A la media hora nos llamaron, que había sufrido un paro cardíaco y había muerto.

Desde aquí sólo quiero rendirle un pequeño homenaje a lo que fue como perro y como amigo, único e irremplazable como todos los demás amigos.





Ahora tenemos a la otra loca sola, que nos alivia un poco la pena de llegar a la finca y no encontrarlo, aunque nunca llegará a reemplazarlo. Aquí tengo una foto de los dos posando a la cámara. No tiene sus genes, pero se parece mucho tanto físicamente como en el carácter, aunque es bastante más juguetona y menos mimosa que Foger.



HASTA SIEMPRE FOGER

3 comentarios:

Omareto dijo...

Me sabe mal que el primer comentario que hago en tu blog sea para decirte que siento mucho lo de tu perro.

Yo tengo una perra desde hace 14 años y entiendo perfectamente los sentimientos que comentas que se tienen respecto a un perro.

Cada vez que oigo una historia similar a la que cuentas lo extrapolo a mi perra y me apena de verdad.

¡A ver si visito más a menudo esti blog!, Que entro una vez cada muuuuuucho, cuando me acuerdo.

Vale dijo...

Gracies por los animos. Si, la verdad que ye duro, aunque ya estuviesemos precavidos con el tema (muchos años para un perro de ese tamaño) fue duro igual.

Por otru lao, acabo de visitar el tu blog y ya lu sindique, y pusete el boton de bloglines pa que sindiques esti tu.

Vaya susto tu con la perra eh!! Yo nunca perdi al miu (mas que nada porque lu teniamos vigilao siempre por el miedo que daba a la gente) pero tien que ser duro. Menos mal que acabo en final feliz.

Omareto dijo...

Te acabo de sindicar.

Curiosamente yo estoy suscrito a mi propio blog desde bloglines para ver como se ven los posts, y se ve todo sin formato. Ni aparecen palabras en negrita ni imágenes centradas, etc.

No miré mucho a ver porqué podía ser, si es cuestión del formato del fichero de sindicación de blogger o es cosa de bloglines.

Lo digo para que sepas que se ven mejor los posts si pinchas en él desde bloglines accediendo así a mi blog.

Pero realmente tampoco pierdes mucho si no pinchas, porque no suelo abusar de imágenes ni de texto enriquecido.

>>Vaya susto tu con la perra eh!!
Mucho susto sí, más que nada porque nunca la habíamos perdido y sabemos que ella sola por el mundo no se maneja muy bien.