12 de agosto de 2009
Vísteme despacio que tengo prisa
Todo esto viene porque ayer pude comprobar cómo por una tontería se puede ir una tarde entera de varias personas al garete. Me explico.
El mes pasado, cuando volví de vacaciones, me encontré la moto en un estado bastante lamentable. Habían intentado robármela, y entre otras cosas tenía el cable del acelerador roto (tal vez por eso no me la robaron al final, quien sabe). El caso es que para ahorrar tiempo, compré otro cable de acelerador y lo monté rápidamente, arreglé el resto de cosas de la moto (bueno, todas todavía no) y la dejé lista para rodar.
El otro día me cogió una tormenta rodando hacia casa. Además, los siguientes días llovió y la moto se mojó mientras yo estaba trabajando y demás. Después de las mojaduras, el acelerador se puso cada vez más duro y costaba trabajo moverlo. Ayer, como era de esperar, cuando más inoportuna podía ser la avería, se soltó el prisionero que sujeta el cable en el puño y me quedé compuesto y sin moto. Y con mi madre esperando para llevarla al quiropráctico.
Al final, después de dos intentos de arreglo fallidos (el cable estaba demasiado agarrado y cuando volvía a montarlo se soltaba otra vez) tuve que movilizar a Euge y Fany para que me acercasen a casa, dejar la moto donde estaba, llevar a mi madre al quiropráctico casi dos horas tarde, volverme loco para encontrar un cable nuevo cerca de las 9 de la noche, y movilizar a mi padre para que me llevase a donde estaba la moto otra vez a ponerselo.
Total, que por no perder 5 minutos en engrasar bien la funda del cable cuando cambié el cable la primera vez, perdí una tarde entera, tuve que molestar a varias personas, cambiar el cable y echar los 5 minutos de todas formas para engrasar bien el nuevo.
Así que cuando tenga que hacer alguna otra reparación, espero recordar bien este error y gastar el tiempo que sea necesario para dejar las cosas bien hechas y evitar sorpresas de este tipo. Y para quien lea esto: no escatiméis en tiempo, que las chapuzas se pagan.
5 de agosto de 2009
Fiestas de La Salud de Lieres
Todos los años Inés, cuando me veía después del domingo de La Salud, me decía que se había acordado de mí porque habían ido muchos caballos a la fiesta al mediodía. Nunca me había coincidido bien ir a esa hora hasta este año, pero la verdad es que tenía razón. Así a ojo calculo que se juntarían a la hora del vermú unos 150 caballos en el prao de la fiesta. Y 150 caballos con sus respectivos jinetes hoy en día en Asturias es difícil juntarlos, la verdad.
Había de todo, desde caballos de trabajo típicos de las casas a caballos de pura raza engalanados y muy vistosos. Allí lo importante era ir a caballo. Vino mucha gente en 20 o 25 kms a la redonda, desde Infiesto por el oriente, desde Argüelles y San Miguel por el occidente y desde Laviana y Bimenes por el sur. A las 3 o así los más madrugadores volvieron a montar para hacer el camino de vuelta, que calculo que en algunos casos sería de hasta 4 o 5 horas tranquilamente. Pasadas las 7, cuando nos fuimos nosotros (en coche), quedaban unos 20-30 caballos amarrados y unos 15 o 20 participando en la carrera de cintas que hubo por la tarde.
Yo este año tampoco pude ir, igual que el año pasado, pero confío en que el año que viene pueda prepararlo y llevar a Pedricera o a Queen (o a las dos si puede venir Euge) y disfrutar de un día de ruta y de disfrute entre caballos y caballistas.
29 de julio de 2009
Mi gozo en un pozo (o de como meter la pata hasta el fondo)
Esto lo digo porque hace poco escribía sobre mi coche nuevo. Pues bien, ya está en el taller debatiéndose entre la vida y la muerte, y por un despiste mío.
Resulta que hace dos jueves cogí el Sierra como últimamente para ir a clases de equitación. Después de las clases, fui a atender a las yeguas y luego a tomar algo con Israel, que había venido de trabajar de Chile y hacía tiempo que no nos veíamos. Al volver a casa, noté que la temperatura del coche subía mucho, pero como no llegó a la zona roja, seguí con él hasta el garaje y ahí lo dejé diciéndome:
"Mañana lo miro bien con tranquilidad y se lo llevo a Dani a revisar."Pues bien, el mañana llegó, bajé al garaje, miré el aceite y el agua del motor. Ahí fue donde la cagué, porque el agua no la miré bien. Con lo cual, arranqué el coche y me fuí directo al taller vigilando la aguja de la temperatura continuamente. Cuando llegué al taller (unos 18 kms) la aguja no había subido, pero el coche estaba hirviendo y sin una gota de agua. Ese fue mi error por desconocimiento, lo que no sabía es que si el coche no tiene agua no marca la temperatura correctamente. Así que la cosa pintaba muy mal, y mucho peor todavía cuando intentaba arrancar y salía humo por la junta de la culata.
Así y todo, todo parece indicar que al final va a haber final feliz. Después de abrir el motor, aparentemente la culata no está muy dañada y el motor no está gripado ni nada parecido, así que si las pruebas de la culata corroboran esto, será cuestión de planificarla y cambiar solamente las juntas del motor. Una tontería para lo que podía haber sido, ya que hubiese sido muy fácil que el motor entero quedase inservible.
Así que ya sabéis, cuando haya problemas de temperatura en el coche, aseguraos bien que el motor tenga agua y aceite. Con el aceite es difícil engañarse, pero con el agua mucho cuidado, que a mi me engañó una sombra de suciedad que tenía el depósito. Como me dijeron después, si hace falta mete el dedo para comprobar (cuidado al abrir si el motor está caliente, que puede saltar fuera del depósito con la presión y quemarte la cara o la mano).
12 de junio de 2009
Coche nuevo

(prometo poner una foto del mío cuando la tenga a mano)
Lo peor del coche, los años que tiene. Pero como está bien conservado y tiene unos orígenes conocidos, no me preocupa demasiado. Tengo que hacerle alguna mejora estética y mecánica, pero poco a poco (ya iré poniendo la evolución).
Lo mejor, el pedazo de maletero que tiene, que lo hace muy funcional, y sobre todo la tracción trasera y lo divertido que se hace un coche así. Además de eso, el coche es el tope de gama de la época, con lo cual tiene techo solar, aire acondicionado, elevalunas en las cuatro ventanillas, asiento regulable en altura y un poco ergonómico, dirección asistida y cierre centralizado, alarma... y lo mejor es que funciona todo después de 16 años (a ver si a los coches nuevos de hoy les sigue funcionando todo dentro de 16 años).
28 de abril de 2009
Pedricera


En este año y pico que lleva conmigo me dio muy buenos momentos y alguno que otro malo, pero en general el balance es positivo. Es un animal al que tienes que entender en cuanto a carácter, pero una vez te haces a él y él a ti es la mejor.
Ahora Pedricera ya no está sola, tiene la compañía de Queen y su pequeña, y aunque es un poco tontorrona y se deja quitar la comida, se le ve bastante bien con otro caballo, no es una yegua solitaria. En cuanto se recupere de una cojera que lleva ya unos meses dandole guerra, podremos disfrutar mucho de buenas rutas y paseos por la zona.
23 de abril de 2009
Yamaha SR 250 Special
Esta es mi moto. Una Yamaha SR 250 Special del año 91. Con sus 18 añitos me está dando una de cal y otra de arena, pero la verdad es que es una moto con nombre propio.
Historia
La yamaha SR 250 llegó a España allá por el año 82. Y la verdad es que vino para quedarse. A pesar de no ser una moto demasiado llamativa ni demasiado potente, nunca pasó desapercibida. Quien no la tuvo como primera moto se sacó el carnet con ella, otros la conocen por la estética por haberla visto mucho rodando por las ciudades, otros la tuvieron en su época de mensajeros... En fin, muchas historias distintas que hacen a una moto única. Y más de 20 años de producción, que se dicen pronto, con varios de ellos como líder de ventas.
Quizá por todo esto la Yamaha SR es una moto llamada a unirse al club de las motos clásicas, como la Vespa, Lambretta, Montesa, Bultaco, etc. Además, internet está favoreciendo la comunicación entre propietarios, y en España ya hay dos webs dedicadas exclusivamente a esta moto, ambas con foros con bastante movimiento: yamahasr250.com y Club Yamaha SR250. En ellas podemos encontrar toda la información imaginable sobre estas motos: defectos más comunes, guías de reparación de averías, mantenimiento, experiencias con la moto, recambios, etc.
Mi SR
Desde hace casi dos años que la tengo me dió alegrías y penas. No es una moto para el uso que yo le estaba dando, y unido a que debía estar bastante gastada cuando la compré, cuando llevaba un año conmigo rompió. Llevaba un tiempo sonando mal, y un día saliendo a la autopista se rompió el rodamiento del árbol de levas, lo que provocó que se rompiese la cadena de distribución y se doblasen las dos válvulas del motor. El resultado: una reparación que me costó más que la propia moto, practicamente hubo que reconstruir el motor. Y es que, aunque tienen fama de ser muy duras y el mantenimiento lo llevaba a rajatabla, no es una moto para rodar todos los días casi 30 kms de autopista y la mayoría de ellos a fondo (110-120). Quizá ahora, con el motor nuevo, sí los aguantase, pero antes... Además de esta avería, también me dió algunas de las comunes en estas motos.
La alegría que me dió sobre todo fue el disfrute de conducirla en carreteras nacionales y comarcales, que es donde se mueve bien por el rango de velocidad. Además, en ciudad se hace bastante cómoda y es una moto con suficiente potencia para rodar igual que un coche, y lo suficientemente ligera para moverse bien entre el tráfico (aunque no soy de los que arriesgo, solo paso con el tráfico parado). El verano pasado, cuando la acababa de reparar, la traje rodando desde Ribadeo a Pola de Siero. Como estaba con el rodaje me llevó 3 horas, pero como no tenía prisa no me importó, lo mejor es disfrutar del viaje pasando por todos esos pueblos costeros por los que ahora ya no pasa nadie.
Además de los problemas habituales, en estos dos años también tuve otros problemas causados por agentes externos, como un par de veces que me encontré la moto tirada y cuando me robaron los espejos. Esto hizo que mi SR ahora esté más personalizada, sobre todo la parte delantera. El manillar que trae el modelo Special es más o menos alto, las manos te quedan casi a la altura de los hombros. Como se dobló la última vez que se cayó la moto, ahora tiene uno de cross, mucho más bajo (casi recto) y algo más ancho que el original. Además, los espejos tampoco son los originales porque no los pude conseguir a tiempo cuando me los robaron y puse otros. En la parte trasera, lo único que le hice fue quitarle el respaldo y ponerle un baúl. Es más feo pero mucho más útil.
23 de diciembre de 2008
Ladrones
Pues bien, últimamente me está tocando, entre otras cosas, descubrir la sensación de que te roben algo. Y no es nada agradable, la verdad. Cuando no tienes nada, nada te pueden robar. Yo hasta hace poco nada tenía, era todo de mis padres o de alguien que me lo prestaba, el coche, la casa, los caballos, todo. Yo tenía un ordenador, bien guardadito en casa, y lo que llevaba encima o guardaba en casa.
Los hurtos empezaron a acercarse a mí hace algo menos de un año. Un domingo llegué a la finca de Caballoastur y, cuando entré al guardarnés, me encuentro la pared de atrás (de madera y chapa) rota y todo revuelto allí dentro. Evidentemente faltaban varias sillas de montar y algunas cosas más. Llamamos a la guardia civil, pusimos la correspondiente denuncia y ahí la tenemos, pero de las sillas ni rastro.
Al poco tiempo, un día me llamó Isabel, una socia, diciéndome que faltaban los 4 ponies que teníamos en una finca, que estaba la portilla abierta y que posiblemente los hubiesen robado. Finalmente no habían sido robados, pero los últimos tardaron casi 5 meses en aparecer. Y unos días antes de aparecer los ponies, Bruma se salió de la finca donde estaba y alguien pasó por allí y se lo llevó. A día de hoy lo único que sabemos es que algunos vecinos vieron a un chico joven pasar con él por el pueblo, pero la gente no pensó que fuese un caballo robado, lógicamente.
Hasta ese momento todo lo que me había tocado había sido de refilón, nunca me habían robado a mí en concreto. Pero hace unas dos semanas, cuando bajé por la mañana para ir a trabajar, salí del portal y me encontré la moto sin espejos retrovisores. Aún así subí en ella a trabajar, y cuando llegué arriba me dí cuenta de que también le faltaba el tapón de rellenado del aceite, con lo cual tenía toda la pernera llena de aceite y un marrón encima de la leche, porque estaba lloviendo y tenía miedo a que me entrase agua en el motor o a haber quedado sin aceite. Al final ni una cosa ni la otra, tapé como pude el agujero para que no cogiese agua y cuando salí de trabajar miré el aceite y todavía estaba dentro de los márgenes, así que el final fue por lo menos medio feliz.
La sensación de que te hayan robado es muy extraña, no sé cómo explicarla. Al final lo que menos me importaba en este caso era el valor de lo robado, que no era mucho, si no la ofensa que me habían hecho. Es una mezcla de rabia e impotencia, de "como lo coja se va a comer los espejos, pero sin dientes, porque se los voy a tirar antes". Y a la vez es como si no lo acabases de creer, como si los fueses a encontrar colgados en la manilla de la puerta al volver a casa.
Al final el robo me costó unos 50 euros entre espejos, tapón y cambio de aceite (tenía 20kms el aceite, lo había cambiado el día antes). Al ladrón le podrá reportar unos beneficios de unos 10 euros, porque dos espejos que cuestan nuevos 20 euros y un tapón que debe costar 3 euros no creo que lo vendiese por mucho más. Yo por 10 euros no me arriesgaría a que me pillase un dueño cabreado, aunque el dueño fuese como yo :-) . Pero bueno, lo más probable es que fuese algo personal, algún vecino o algo así.
De todas formas, fuese por lo que fuese, espero que el que me los robó tenga que gastar el doble de lo que me costó a mi la broma, en medicamentos. Eso sería para mí un buen castigo. Para él y para el malnacido que nos robó a Bruma.
1 de diciembre de 2008
A matanza do porco
Hacía muchos años que no participaba en una matanza de verdad. Últimamente nuestras matanzas empezaban el segundo día, porque los cerdos venían muertos y abiertos a la mitad del matadero, por lo tanto nuestra labor empezaba ahí, en el momento de empezar el segundo día, descuartizar, preparar la "zorza" para los chorizos, salar los huesos y los lacones, congelar solomillos y lomos, etc.
Pero este año fuimos a casa de mis tíos a ayudarles en la matanza completa. Hacía muchos años que no vivía el primer día de matanza, el acto de sacar a los cerdos de la cuadra y matarlos. Al menos 8 años debía hacer. Además, como hacía tantos años, nunca me había tocado participar en el proceso por ser pequeño todavía cuando dejamos de hacerlo. Me había tocado algo de echar agua a los que estaban pelando, pero nunca ayudar en el proceso completo. Este año, salvo el puro hecho de matar y sangrar al cerdo, que queda en manos más experimentadas, al resto arrimé el hombro como el que más (dentro de lo poco que sabía, claro).
Todavía recuerdo ese miedo a que se levantase el cerdo que nos invadía a mí, a mi hermana y a mis primos cuando éramos unos canijos y bajábamos a mirar (muy de lejos) cómo lo pelaban. Evidentemente en el momento de matarlos estábamos a años luz del lugar del delito por si se escapaba y nos comía, y porque gritaban mucho, sobre todo en casa de mis tíos, que los colgaban antes de matarlos y los sangraban directamente. Ahora es distinto, mucho mejor, porque es obligatorio insensibilizarlos con una especie de disparo en la cabeza antes de sangrarlos, para que no sufran. En casa de mis abuelos siempre se hizo esto (a lo tradicional, claro), pero en muchas zonas se pensaba que los cerdos sangraban peor si estaban atontados y no se les hacía.
A matanza do porco es una tradición bastante arraigada en galicia, y también en Asturias, donde se le llama SanMartino (en Galicia también se llama SanMartiño en algunos sitios), que indica la época del año en la que se suele hacer, después de San Martín. No es una fiesta, pero suele ser una reunión social animada donde todo el mundo colabora haciendo lo que puede a cambio de la comida, la bebida y una buena charla en la sobremesa. Es como una fiesta, pero trabajando. Y evidentemente, los peor parados son los cerdos.
10 de noviembre de 2008
Por fin se acabo (A.K.A.: ya soy ingeniero)
La verdad es que éste fue un verano muy duro. Desde mediados de mayo más o menos estuvimos reuniéndonos a diario para obligarnos a trabajar mutuamente, porque ninguno de los dos sacaba tiempo para dedicarle al PFC. La verdad es que esto nos funcionó bastante bien, porque el día que no tenías ganas de trabajar, como tenías que ir allí igual, acababas trabajando también. A mediados de Agosto empezamos a estirar más las tardes (hasta las 10-10.30 todos los días) y a finales de Agosto empezamos a estirar también los fines de semana. El primer fin de semana de septiembre, como ya acariciábamos el final (sólo quedaba acabar la documentación) hicimos un maratón hasta las 5 de la mañana del sábado y hasta las 3 del domingo más o menos.
Al final llegamos sobrados a encuadernar, nos sobraron 5 minutos más o menos, y más de dos horas para entregar los tomos en secretaría (si yo no sé por qué nos apuramos tanto) :-). También nos sobró un cuarto de hora más o menos desde que acabamos de codificar hasta la presentación.
Teniendo en cuenta todo esto, os podéis imaginar cómo salió la presentación. Después de toda clase de problemas de última hora, los problemas en la presentación siguieron brotando como buenas aplicaciones en fase beta (quizá beta sea mucho) que presentábamos. El resultado fue mucho mejor de lo esperado después del desastre de la presentación, nos pusieron un sobresaliente (9) y nos felicitaron por la osadía de presentar un proyecto tan ambicioso.
El caso es que ya se acabó, ahora ya no tendré que aprobar más exámenes oficiales, aunque también se acabó la buena vida del estudiante. Pero bueno, no me quejo de la parte que me toca en la vida laboral (de momento). Una pregunta típica que me hace la gente es si tengo pensado seguir estudiando. De momento no, porque además no sé lo que nos deparará el futuro con tanto ministro impresentable que hay últimamente.
Por lo demás me va todo bien. De lo que me pasó interesante hablaré o explicaré cosas más adelante, de lo que no fue interesante no merece la pena escribir. Como resumen, decir que Pedricera ya está en su nueva casa muy feliz, ya tiene una caseta y todo, que la moto estuvo todo el verano de vacaciones en Galicia, en el taller, y que estuve de vacaciones con Euge en Lanzarote a principios de verano y lo pasé de vicio por allí.
9 de abril de 2008
Nuevo hogar para Pedricera

Pedricera es una bonita yegua torda que adopté el pasado mes de diciembre, como ya dije antes. Aún tengo pendiente escribir una entrada sobre ella, pero últimamente casi no tengo tiempo ni para respirar, así que tendrá que esperar un poco.
Cuando decidí adoptarla, en diciembre, empecé a hacer gestiones para buscarle un sitio, a la vez que ella se iba deshermanando poco a poco de Hechicero, su compañero fiel de toda la vida. Y finalmente, el sábado 29 de marzo por la mañana cruzamos desde la finca de Caballoastur en Argüelles hasta Celles, una parroquia muy cercana a Pola de Siero.
Tenía ganas de llevarla a un sitio donde pudiese pacer todo cuanto quisiera, porque últimamente estaba bastante flaca y en las fincas de la asociación, como hay muchos caballos ahora mismo y como consecuencia poca hierba, es muy difícil engordarla. Ahora poco a poco se le va notando que engorda, y creo que no tardando mucho volverá a estar como cuando llegó a la asociación. Tiene una barriga como si estuviese preñada, es lo que tiene pasar todo el día paciendo...
Los inicios siempre son duros, y esta vez no iba a ser de otra forma. Los primeros días me daba mucha pena dejarla allí, porque se veía que estaba nerviosa y triste sin la compañía de otros caballos. Pedricera es una yegua que nunca vivió sola, y se notaba mucho que necesitaba compañía. Según me decían, se pasaba las horas debajo de un árbol al lado del camino, porque al otro lado hay un potro en otra finca. Me daba pena verla tan apagada, pero cada vez que iba me recordaba que el cambio era para mejor, y era lo que ella necesitaba. Poco a poco ya se va acostumbrando y va estando mejor. Ahora ya se pasa las horas paciendo, que es lo que tiene que hacer, y se le nota bastante. Y además, come la ración de pienso completa sin problemas, que el primer día no comió ni la mitad.
El campo que me dejaron está dividido en dos parcelas: una más pequeña cerca de la casa de los dueños y otra más grande allí al lado, separada por una franja de campo de unos 30 metros de ancho. En la parte de abajo tengo previsto hacerle un pequeño refugio para que pase el invierno y tenga donde guarecerse, y en la parte de arriba (donde está ahora) pasará todo el tiempo que pueda en verano, porque es donde me queda el agua más a mano. La verdad es que tuve suerte, porque el alquiler me sale gratis, así que una vez que engorde y se ponga bien no me saldrá demasiado caro mantenerla, porque con la hierba de los dos campos y un poco de pienso y hierba seca se mantendrá fuerte y sana si todo va bien.
Espero poder actualizar el blog dentro de poco y explayarme en condiciones sobre Pedricera, su historia, su caracter...